domingo, 13 de febrero de 2011

Demasiado joven para rezar





Vítor Mejuto, Jefe de fotografía de La Voz de Galicia y notable pintor, tiene un blog muy recomendable, titulado "No tiene pérdida" (se accede a través de los blogs de La Voz) en el que comenta fotos que aparecen en el periódico. Tiene cogida la medida al formato, de modo que es difícil decir tantas cosas en tan pequeño espacio, y decirlas con tanto ingenio y sentido.
Esta es la entrada de hoy, domingo, día 13 de febrero. Esto es filosofía, amigos míos.




egipto1
No debe tener más de cinco años y evidentemente aún no le acompaña el fervor religioso. La intensa plegaria de los dos hombres que le rodean, le parece un juego extraño y ajeno. Al que no está invitado. Comparte con un niño occidental las delirantes aventuras de Bob Esponja y su lugarteniente (mi favorito, por mi inveterada predilección por los personajes secundarios y de carácter) Calamardo. No comparte mucho más. El niño crecerá. Todas las ideas de su entorno se mezclarán, por ósmosis, con las encantadoras chaladuras de la infancia. Al niño occidental le pasará lo mismo. De mayores solo les unirá, precisamente, el lejano recuerdo de las chaladuras de la infancia. Con sus héroes y villanos, sus piratas y sus dinosaurios. El heredado, ancestral, y a veces atávico andamiaje espiritual de uno y de otro no se parecerá mucho. En cambio, quizá podrían haberse entendido en el democrático terreno del cuarto de juegos, donde ni el idioma ni la cultura son un obstáculo. Donde la imaginación es el único mandamiento. Un niño es un espacioso y luminoso contenedor que se va llenando poco a poco. Por decantación. Por eso el pequeño mira con desconfianza un futuro en el que el aprendizaje no siempre conduce a la sabiduría.
La foto es de Abadllah Dalsh, fotógrafo de Reuters. Tuvo tiempo de servir una foto distinta en el torrente gráfico que brota del polvorín de la plaza Tahrir del Cairo. Tuvo tiempo de bajar su mirada y acomodarla a la altura a la que mira un niño. No hay duda de que , cuando haces esto, el punto de vista cambia. Cuando haces esto, a veces pasa que se desbarantan los axiomas y las certezas. Los juguetes de los adultos.

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