miércoles, 16 de febrero de 2011

La importancia de una coma

Observo que no os habéis dado cuenta de un pequeño detalle. En la viñeta que da origen a este trabajo, después de la palabra “pienso” hay un punto. Esto nos lleva a una reflexión que tiene que ver con el uso del lenguaje y sus consecuencias filosóficas.
El término “luego” tiene, al menos, dos sentidos. El que aparece en la frase de Descartes, “pienso, luego existo”, tiene un significado de consecuencia, de algo que se sigue de lo anterior. Es otra manera de formular el famoso “si,…entonces” (“si pienso, entonces existo”). El otro sentido tiene que ver con un momento posterior en el tiempo. Por ejemplo, podemos decir “esta tarde tenemos clase; luego, iremos al cine”. Ahí no estamos hablando de una consecuencia, sino de una actividad que tendrá lugar después que otra. Por tanto, hay una notable diferencia entre decir, “Pienso. Luego existo” y decir “Pienso, luego existo”
Vamos a seguir elaborando frases con el modelo que os he propuesto, pero vamos a introducir una pequeña variante: vamos a ver qué pasa si sustituimos la coma por el punto. ¿En qué cambia el sentido de la frase? ¿Tiene alguna consecuencia filosófica?

Para que no hayas quejas, voy a empezar yo.
“Pienso. Luego callo”.  Esta es la expresión de un fracaso, el fracaso del pensamiento. Quien formula esta expresión ha llegado a la conclusión de que no vale la pena dar curso al pensamiento. Quizás ha sufrido muchas frustraciones. Quizás ha intentado poner en práctica algunas ideas y no ha tenido éxito. Quizás ha descubierto la dificultad de poner en práctica lo que se ha ideado en la teoría. No sabemos. El hecho es que el fatídico punto pone una barrera infranqueable. Tras el pensamiento, el silencio.
¿Alguien se anima a traducir la frase poniendo una coma en vez de un punto?

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