martes, 14 de diciembre de 2010

Ahora o nunca.

CARPE DIEM.

En la Edad Media entendían este término como “aprovecha el momento que vas a morir pronto”. Curioso, necesitamos darnos cuenta de que tenemos poco tiempo para intentar sacar el mayor provecho a nuestra vida. Mucha gente, tras estar a punto de morir, cambia totalmente su modo de vivir, ve las cosas de otra manera, intenta disfrutar al máximo cualquier momento que por corto, por aburrido, por estúpido, por indiferente, por intrascendente, por insustancial que sea, es ÚNICO.

Tal vez vamos siempre tan rápido, tan deprisa, que no nos da tiempo a disfrutar el instante que estamos viviendo, y necesitamos pensar que nuestra energía acabará pronto para exprimir este tiempo al máximo gozando de cada minuto como si fuera el último.


"Qué raro cuando no estamos distraídos, cuando no tenemos tanta prisa, cuando sabemos detenernos, y sonreír, y comprender, y cerrar los ojos, y notar incluso los segundos que corren por nosotros, y saber vivirlos todos a fondo, y saborearlos con una sonrisa, con preocupación, con esperanza, con deseo, con claridad, con cualquier duda.
Pero saborearlos, saborearlos a conciencia.”

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con Rebecuchi en que mucha gente al estar al borde de la muerte y superar ese mal momento cambia totalmente su forma de vivir,a partir de ese momento disfruta de la vida minuto a minuto le da muchísima más importancia a cosas que muchas otras personas consideran absurdas,pero mi pregunta es...¿Hace falta estar al borde de la muerte para disfrutar de la vida segundo a segundo,minuto a minuto...?¿Realmente disfrutamos al máximo de la vida?¿LE damos importancia a todo lo que tenemos?

    ResponderEliminar
  2. Es curioso que plantees esta cuestión en estos momentos. Precisamente os iba a obsequiar para navidad unos trozos de un libro de Fernando Savater que se titula Las preguntas de la vida. El primer capítulo de ese libro, que es un libro de filosofía, se titula "La muerte parta empezar". En él recuerda el momento de su infancia en que se dio cuenta de que tenía que morir, y va explicando el sentido que tiene empezar un libro de filosofía hablando de la muerte. Copio un párrafo que conecta con lo que tú dices:


    Por tanto no es un capricho ni un afán de originalidad comenzar la filosofía hablando de la conciencia de la muerte. Tampoco pretendo decir que el tema único, ni siquiera principal de la filosofía, sea la muerte.
    Al contrario, más bien creo que de lo que trata la filosofía es de la vida, de qué significa vivir y cómo vivir mejor. Pero resulta que es la muerte prevista la que, al hacernos mortales (es decir, humanos), nos convierte
    también en vivientes. Uno empieza a pensar la vida cuando se da por muerto. Hablando por boca de Sócrates en el diálogo Fedón, Platón dice que filosofar es «prepararse para morir». Pero ¿qué otra cosa puede
    significar «prepararse para morir» que pensar sobre la vida humana (mortal) que vivimos? Es precisamente la certeza de la muerte la que hace la vida -mi vida, única e irrepetible- algo tan mortalmente importante para mí. Todas las tareas y empeños de nuestra vida son formas de resistencia ante la muerte, que sabemos ineluctable. Es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno, algo que debe pensarse. Algo misterioso y tremendo, una especie de milagro precioso por el que debemos luchar, a favor del cual tenemos que esforzarnos y reflexionar. Si la muerte no existiera habría mucho que ver y mucho tiempo para verlo pero muy poco que hacer (casi todo lo hacemos para evitar morir) y nada en que pensar.


    A ver si esto nos sugiere alguna cosa...

    ResponderEliminar